Montajes arquitectónicos
Se nos presentan dos intervenciones en lo construido muy distantes en el tiempo, pero que aplican estrategias proyectuales muy parecidas. Por un lado la Ópera de Lyon, con una ampliación de Jean Nouvel del año 1993 y, por otro, la Basílica de Vicenza, una obra donde opera Andrea Palladio en el siglo XVI. Ambos edificios se emplazan frente a una plaza pública y lucen muy parecidos desde el exterior aunque alojan programas completamente diferentes en la actualidad (y en el pasado).
La Basílica es originalmente del siglo XV, constaba de un edificio de carácter político-administrativo y debido a sucesivas fallas estructurales se le encomienda a Palladio su restauración. El arquitecto decide “envolver” la estructura antigua con una logia de piedra de dos órdenes clásicos que funciona como contrafuerte de los muros existentes. De esta forma queda oculta al espectador la construcción original, aunque se puede apreciar desde el interior. La composición del volumen es completamente simétrica y la dimensión de los intercolumnios en fachada está cuidadosamente estudiada, para que junto con la estructura subyacente transmita una cierta armonía. Palladio, precisamente, bautiza al palazzo Basílica, como se llamaba en la antigua Roma al lugar donde se gestaba un programa similar.
La Ópera de Lyon es un edificio del siglo XIX que fue ampliado por Jean Nouvel, en un proyecto que triplicó su volumen, sacrificando casi todo el interior preexistente, conservando únicamente el foyer y su cáscara exterior. De esta forma el arquitecto busca no perder la relación con el contexto urbano, sin renunciar a la utilización de la técnica contemporánea en la definición de los nuevos espacios. La ópera es rematada por una bóveda de cristal de altura excepcional que contrasta con el carácter sólido y escultórico de las fachadas existentes. Esta simbiosis entre lo viejo y lo nuevo la transforma en un edificio de referencia para la ciudad.
Ambos proyectos recurren a la técnica del camuflaje de manera inversa. Camuflaje no en el sentido de buscar mimetizarse con el entorno, sino por la intención de jugar con la envolvente del edificio. Enmascarando lo preexistente con lo nuevo (en la Basílica de Palladio), y enmascarando lo nuevo con lo preexistente (en la Ópera de Lyon). También ambos utilizan elementos que corrigen desperfectos geométricos en busca de una cierta armonía del conjunto. En el caso de la Ópera por ejemplo, Nouvel declara que la nueva bóveda sirve para disimular las irregularidades geométricas que existen entre las fachadas.1
En definitiva, se trata de dos grandes operaciones de montaje arquitectónico. Ensamblajes que se ajustan a la perfección y logran construir nuevos significados.
1-NOUVEL, J. 2019. “Lyon Opera House — Ateliers Jean Nouvel”. Ateliers Jean Nouvel. http://www.jeannouvel.com/en/projects/opera-3/